sábado, 3 de diciembre de 2011

De regreso

En cierta ocasión pude acceder al interior de la montaña, el camino de entrada fue hermoso y lento,

Dentro su enorme corazón latía fuerte y seguro. Repitiéndose en el eco como tambores de guerra.

Se me crisparon los sentidos y los recuerdos y aunque no necesité huir, se despertaron mi inquietud y algunos de mis miedos.

El viaje de regreso fue mucho más limpio, como dejarse arrastrar en un torrente pausado y cristalino, con la melodía del pasado y la vista puesta en el asfalto, desnudándome en cada curva de pesadas cargas y dolorosas sensaciones que ya pensé que formaban parte de mi, pude llegar hasta mi adorado océano nueva y libre de escombros pegados a la piel.

De nuevo yo, junto al mar...