Tu alma prendida a mi sombra con alfileres
ya no será de mis pasos compañera,
ya no pintarás violetas en mis piernas,
ni asirás mis sueños por las muñecas.
Ya no serás inquieta espera,
ni yo seré tu fiel presencia.
Ya no seremos,
sino que seré y serás
lejos de nuestra melodía de estrellas.